Let Me Tell You What I Mean – Joan Didion

He oído hablar de Joan Didion cientos de veces. Durante muchos años no sabía quién era e incluso últimamente solo descubrí que era una autora de historia corta y no ficción, estadounidense, famosilla en parte por la gente con la que se codea, pero también querida por la crítica. Aun así, nunca tuve mucho interés por leerla. Pero hace poco busqué libros simples, breves o con historias cortas que poder leer en el trabajo y me acordé de Didion, así que encontré este en la librería y me dije que era hora de descubrir de qué hablaba todo el mundo.

Joan Didion ha escrito muchas columnas en revistas y periódicos durante medio siglo. En los años 60 y 70, especialmente, escribió mucho y estos textos no han sido publicados en libros tanto como los más recientes. Quizá por ello aquí empiezan a echar mano del baúl de los recuerdos periodísticos y la mayoría del libro son historias de finales de los 60 y principios de los 70, así que no sientes estar leyendo a una autora durante toda su vida, no ves cómo cambia (y en qué sigue siendo la misma) a través de los años. Más que nada, leemos sus historias sobre California y qué significa ser californiana.

No está mal. Evidentemente Didion tiene un punto de vista que no he leído mucho en otros autores. Me gustó leer su experiencia sobre ser una don nadie californiana en los 50, estudiar escritura creativa cuando aún no tenía mucho que decir (o no sabía cómo decirlo) y cómo aprendió el oficio con un trabajo modesto y aparentemente poco creativo en Vogue. La historia sobre Hemingway, lo que significa tomar decisiones cuando eres autor, también es muy interesante. Pero aunque son interesantes, están escritos de forma un poco… aburrida. Las leí por inercia, sin mucho disfrute, y sonaban repetitivas. Es preocupante que lo mejor del libro apenas se eleve a un meh.

Aparte de esto, el resto del libro (la mayoría de él) era aburrido, poco interesante en el fondo y en la forma, y cuando la autora se echaba un poco para delante y le ponía algo de emoción al relato sonaba un poco pollavieja. Muy boomer, muy anticuado, muy de creerse moderna y liberal cuando simplemente eres una machista de derechas, pero burguesa. Muy señora bien. Un poco lo que se puede esperar de una burguesa nacida en los años 30 y que se hizo famosa por codearse con otros burgueses de la industria del espectáculo, pero por alguna razón, durante años sus conciudadanos llevan repitiendo la mentira de que era una especie de sabia liberal.

En resumen, no sé si voy a leer algo más de esta señora. No es muy interesante, por decirlo finamente. Cuando escribe de cosas sin mucha chicha, no les aporta ninguna; y cuando escribe sobre momentos especiales de su vida privilegiada, les quita toda la chicha y los deja en pleno hueso, aburridos y monótonos. Lo único bueno es que me ha recordado lo genial que es Impossible Owls de Brian Phillips.

Marie Antoinette – Sofia Coppola

La carrera de Sofia Coppola ha sido una montaña rusa: algunas de sus películas han recibido buenísimas críticas y otras malísimas. Parece imposible que sus obras dejen indiferente. María Antonieta, su film de 2006, es uno de los que recibió críticas un tanto negativas, especialmente en comparación con sus películas anteriores, que fueron un gran acierto con la crítica. Sin embargo, yo estaba en plena adolescencia cuando salió y la ropa, el color, todo el ambiente de la película me encandiló, y cuando por fin la vi años después, me dejó enganchada.

Así que ahora que he encontrado una biblioteca dedicada al cine y al medio audiovisual, empiezo a sacar libros facilitos de leer y de temas que ya conozca relativamente bien para acostumbrarme al estilo. Me leí Fifth Avenue, 5 A.M. de Sam Wasson, la novelización del rodaje de Desayuno con diamantes, y después vi un par de libros de fotografías de Audrey Hepburn: Audrey Hepburn in Breakfast at Tiffany’s: And Other Photographs y Charmed by Audrey. Tras ojear otros libros más serios, esta vez encontré este libro sobre la película María Antonieta. Con la delicia visual que es esta película, me pareció perfecto para leer en una bonita tarde de verano.

El libro mezcla pequeños trozos del guion con fotos de la película. Se puede sobreentender la historia solo con ello y las imágenes, que en general son de las escenas narradas, dejan ver el estilo visual de Sofia Coppola, que tanto encandiló a algunas de nosotros y dejó frío a otros. No tiene escenas inéditas, no hay fotos del rodaje, no se ve nada nuevo ni se descubren datos hasta ahora desconocidos. En ese sentido, no aporta demasiado. Es un extra para quienes son fan de la película o de la autora, para quienes adoraron el film y quieren volver a recrearse en él.

Es verdad que se lo podrían haber currado más. Estoy segura de que hay un público al que le habría encantado ver los detalles del vestuario, o la transformación de los actores con pelucas y maquillaje, o cómo rodaron en el Palacio de Versalles y sus jardines. No es un libro que me compraría, pero para sacarlo de la biblioteca está bien.

Dictionnaire insolite de la Floride – William Navarrete

La editorial francesa Cosmopole publica una colección de libros llamados Dictionnaire insolite, dedicado cada uno a un país, región o cultura. Son cortos, con periodistas o novelistas como autores y las entradas están ordenadas alfabéticamente, mencionando lugares, personajes o sucesos remarcables del lugar para darnos una visión en conjunto de la sociedad que nos presenta. El año pasado leí el libro dedicado a Finlandia y este verano me encontré el de Florida, así que en plena ola de calor, me pareció un buen libro que llevar al trabajo para leer poquito a poco.

El estado estadounidense de Florida tiene una historia muy rica y complicada, con muchísimos cambios de un siglo al siguiente, y ha sido lugar importante en muchos aspectos: para España, Francia y Estados Unidos; como lugar a medio camino entre Hispanoamérica y los Estados Unidos; en la política estadounidense actual, pero también la cubana de mediados del siglo XX; como lugar de turismo, de capitalismo salvaje, pero también de conservacionismo; en la literatura y en la música.

Navarrete nos presenta el pasado indígena y colonial de Florida para que entendamos bien su posición actual y las diferencias con el resto del país; también habla de su relación con Cuba a principios del siglo XX y el exilio desde la era castrista; las comunidades extranjeras de Florida y cómo se han recompuesto, creando un trocito de su hogar en un nuevo país. Pero no por ello deja de lado la Florida actual y su enorme peso en la política y sociedad de Estados Unidos, desde el fenómeno de los snowbirds, el turismo de masas, Miami y su microcosmos, etc. Por otro lado, y aunque sí es algo más secundario, no olvida mencionar la naturaleza de Florida, desde los cayos hasta los Everglades, su composición y su conservación.

Aunque el autor toca muchos palos para que no sintamos que ha dejado nada de lado, me temo que esta es una de esas ocasiones en las que Florida es quizá lo suficientemente famosa para que este resumen de 100 páginas se haga corto y superficial. No sé si hay algo que el autor hubiese podido hacer, su trabajo es encomiable teniendo en cuenta que cada entrada probablemente le ofrecía la posibilidad de escribir 100 páginas solo sobre ella, pero es verdad que el formato de esta colección hace que una obra tan cortita nos deje necesitados de más.

Sissi: La verdadera historia de Elisabeth, emperatriz de Austria y reina de Hungría – Ana Polo Alonso

No leo mucha no ficción, pero es verdad que cuando lo hago suele ser novela histórica o biografías. Aunque me gusta mucho la segunda mitad del siglo XVIII y no me disgusta el siglo XIX, de este último conozco nombres y hechos sueltos, pero nunca he leído sobre él en profundidad. Así que evidentemente sabía quién era Sisí, de su belleza, cinturita de avispa y anorexia, pero no mucho más. En mi cumpleaños alguien me regaló este libro porque sabía que seguramente sería de mi interés, y tengo que decir que probablemente yo no lo habría comprado por mi cuenta, pero me alegro de que lo hiciesen porque me ha despertado el interés en otro momento y grupo de personajes históricos nuevos y lo he disfrutado bastante.

Isabel de Baviera, más conocida como la emperatriz Sisi, es uno de los personajes más famosos del siglo XIX, especialmente después de las películas de Marischka en los años 50, con Romy Schneider. Nació en una familia de la aristocracia bávara, los Wittelsbach, siendo su madre Ludovica hija del rey bávaro Maximiliano I y su segunda esposa. Sin embargo, el padre de Sisi, Maximiliano José, era un excéntrico, no tenía ningún interés en sus obligaciones como duque y prefería viajar, visitar circos y la música folklórica. Habiendo crecido lejos de la corte y con un padre semejante, los niños no recibieron la típica educación aristocrática que se esperaba de ellos, sino que eran un poco salvajes y se sentían más cómodos en la naturaleza o haciendo deporte que hablando francés o manteniendo conversaciones formales. Esto no habría tenido mucha importancia si no fuese porque la tía materna de los niños, la princesa Sofía de Baviera, era cuñada del emperador austro-húngaro y su hijo mayor, Francisco José, era heredero al trono.

Cuando Francisco José I subió al poder su madre Sofía comenzó a buscar esposa para este y prefirió una chica de la familia en lugar de una extraña, así que contactó con su hermana Ludovica de Baviera y decidieron que el emperador se casaría con Elena (Néné), su hija mayor. Para prepararla para su futura vida de palacio y como emperatriz, Néné tuvo que seguir un estricto régimen académico, tanto en lenguas como en geopolítica, además de preparar gran cantidad de ropa nueva que llevar cuando conociese al emperador y a su familia. Tras varios meses Ludovica se llevó a Néné y a su hermana menor, Sisi, a Bad Ischl, una pequeña ciudad balneario en Austria donde Francisco José y su madre les esperaban. Pero tras un viaje lleno de problemas, nada más llegar y conocerse las dos familias, el emperador hizo saber a su madre que se había enamorado perdidamente de Sisi, una chica menudita y nada refinada que aún no había cumplido 16 años. No había forma de hacerle cambiar de opinión, así que cuando volvieron a sus respectivos palacios, la boda ya estaba pactada. Aquí empezaría la vida tumultuosa y famosa de Sisi, emperatriz de Austria y reina de Hungría.

Retrato de Isabel, de Franz Xaver Winterhalter (1864)

No siendo yo una fanática de Sisi, no conocía demasiado de la historia. Me sabía algunos datos superficiales de haber visto alguna serie o película donde se mencionaba, como que era muy guapa, delgadísima, probablemente anoréxica, y deprimida. También he oído algún podcast sobre ella así que recordaba un poquito sobre su infancia y hasta el encuentro con el emperador en Bad Ischl. Sin embargo, hay mucha gente a quien la figura de Isabel de Baviera le encanta, así que mientras a mí todo me parecía nuevo e interesante, quizá otros no piensen lo mismo. La autora sí menciona algunos momentos que quizá están algo mitificados, o cómo la reputación de Sisi en su época no se ajustaba a la realidad (para bien o para mal), pero no parece que desvele nada nuevo. Por esto me parece un buen libro para los no iniciados como yo, pero no sé hasta qué punto es interesante para quienes se hayan leído ya otras biografías.

Algo que sí me gustó mucho es que, aunque no se centra solo en un aspecto de la vida de Sisi (sea su vida en la corte, o sus amores, o su reputación como fashion victim), sí se para a hablar mucho de los problemas mentales y sus relaciones con otras personas, sean familiares, amistades o románticas. Al fin y al cabo, esto tuvo un gran impacto en su vida y en la forma en que la vemos, sea su anorexia y vigorexia, la depresión, el aislamiento en la corte, amistades más o menos cercanas, relaciones románticas sexuales y asexuales, etc. Me ha gustado mucho que profundizase en ello en lugar de mencionarlo de pasada, pero sin por ello centrar el libro en un único tema.

La emperatriz Isabel de Austria en ropa de gala con estrellas de diamantes, de Franz Xaver Winterhalter (1865)

También aprecio que no tenga problemas en sacarle los colores a Sisi cuando se comportaba mal o demostraba ser lo que era: una señora rica que se daba a la buena vida. Dado que la corte era un lugar tan riguroso, Austria-Hungría tan anticuada, el imperio pasaba por un momento difícil interna y externamente, y la personalidad de Sisi no le ayudaba mucho a salir adelante en este ambiente, muchas veces la vemos en el papel de pobrecita indefensa. Sin embargo, y aunque efectivamente la trataron mal y se cegaron a sus virtudes en muchas ocasiones, nadie es perfecto y Sisi no era una santa. Si tenía momentos inmaduros, caprichosos o simplemente metomentodos e ignorantes, ¿por qué no decirlo? Igualmente, no todos quienes le llevaron la contraria eran necesariamente unos monstruos. Su suegra, la archiduquesa Sofía, es quien peor airada suele salir de esta historia, y aunque a veces esto es justificado, otras veces quizá no lo es tanto. La autora intenta ver a los personajes como seres humanos, que erran, sí, pero lo hacen por razones que, si nos fijamos un poco, son si no aceptables, al menos comprensibles. Esta forma de ver a los protagonistas hace que la lectura sea fácil, amena y la historia accesible. Ha sido todo un acierto.

Para poder entender las circunstancias de Isabel también tenemos que entender un poco la situación política del imperio, Europa y en cierto punto incluso el mundo. La autora no entra en muchísimos detalles, admito que no he salido siendo experta en economía europea del siglo XIX, en cultura del imperio Austro-Húngaro o en la sociedad de la época. Pero sí va intercalando explicaciones de la política de cada época, sin ser pesada pero sin que nos sintamos perdidos en ningún momento. Me han gustado particularmente los capítulos en los que hablaba de Napoleón III y su mujer, Eugenia de Montijo, la otra diva de mediados a finales de siglo. En unas pocas hojas consigue presentarnos el estado de varios imperios, la personalidad de sus dirigentes y hasta la moda de la época. Supongo que conocer un poco las corrientes políticas y guerras del siglo me han ayudado a visualizarlo, pero el libro es lo suficientemente informativo para poder seguir el hilo narrativo.

Fotografía de Isabel de Austria (1867)

Tiene algo más de 400 páginas y varias hojas con fotografías de la familia en el centro. Está bien escrito, sin ser académico pero sin por ello leerse como un panfleto mal escrito. Es una buena opción para quienes quieren leerlo algo en español sobre Sisi, pero no tragarse un tocho aburrido, frío y aséptico, que presenta a estas personas como seres unidimensionales sin emociones. Me cogí el libro sin esperar mucho, sobre todo después de haber leído algunas obras bastante malas de famosillos españoles (entre ellas Hannah, que también es novela histórica). Y me ha sorprendido gratamente, no solo por estar bien escrito y ser entretenido, sino porque es una obra profesional, digna de haber sido publicada. Un poquito cara (casi 24 € y eso que es de tapa blanda), pero al menos el contenido es bueno. No puedo pedir mucho más.

La emperatriz Sisi con su hija Gisela, el bebé Rodolfo y un retrato de Sofía Federica, muerta recientemente.

Je suis au pays avec ma mère – Irene de Santa Ana, Isabelle Pralong

Había oído el título de este cómic y me llamó la atención, pero no tenía ni idea de qué iba. Cuando lo abrí, el dibujo me pareció interesante. Y aunque no me esperaba para nada lo que leí, o quizá precisamente por eso, me ha impactado.

Cédric es un joven guineano, de madre musulmana pular y padre cristiano kissi. Cuando era adolescente estallaron la limpieza étnica y violencia general y su padre y hermana murieron. Su madre le envió a su abuelo, pero de camino la policía le arrestó junto a otros adolescentes y le acusaron de ser partícipe en las manifestaciones y disturbios del país. Pasó un año encerrado, encadenado, tras lo que su familia le dio dinero para huir a Europa. Siendo aún menor llegó a Suiza y desde entonces lleva en un infierno administrativo, con una orden de expulsión pero intentando recurrirla y creando planes de futuro para cuando, con un poco de suerte, su situación se regularice. Parte de ello son sesiones de terapia con Irene de Santa Ana, una psicóloga social a la que acude.

Santa Ana nos cuenta, en pequeños capítulos que intercalan texto con dibujos acompañados de unas pocas palabras, el pasado que Cédric le contó y si situación actual, entrelazando los problemas que su situación le creó de niño en Guinea con los problemas que su situación actual le crean. Principalmente, esto es una sensación de no pertenencia, al haber crecido de una familia intercultural e interreligiosa, y peor aún, que su ruptura familiar, encarcelación y huida a Europa fuesen propiciados por la violencia étnica, en la que él no podía posicionarse mentalmente debido a su situación familiar.

Aunque todos estos traumas en su pasado resuenen en su presente, en realidad el problema insalvable es su situación irregular en Suiza. Si situación no le permite trabajar o incluso estudiar, así que mientras espera, durante años, no tiene de qué vivir, solo 10 francos diarios (unos 9 euros) y una cama en un hogar para jóvenes indocumentados. La autora nos explica cómo estos años de parálisis social le impiden hacer frente a sus problemas del pasado, le dejan helado psicológicamente y no le permiten crear planes de futuro que le ayuden a seguir adelante y enfrentarse a los desafíos que se le presentan. Al mismo tiempo, tiene que luchar por evitar que su situación empeore, ya que si las asistentas sociales se despistan, la administración intenta expulsarle o enviarle a residencia violentas y en mal estado.

Como ya he mencionado, no es un cómic típico, sino que los capítulos contienen secciones con dibujos y a veces uno o dos párrafos de texto en los que la autora explica la situación del protagonista. Los dibujos suelen ser sobre el pasado, cuando Cédric le habla de episodios de su vida o sueños que él se toma como premonitorios. Aunque suele incluir texto, es mínimo, a veces una frase o dos divididas a lo largo de la página. Es simple, pero colorido y con un estilo bastante inusual. Se te queda grabado en la memoria.

Este cómic es difícil de puntuar o de juzgar junto a otras obras. Es un libro único que ilustra bien los problemas de la inmigración ilegal, de la burocracia frente a problemas serios, del trauma cuando no tienes un hogar o las personas que te servían de raíces desaparecen de tu vida.

Charlotte Perriand: Une architecte française au Japon (1940-1942) – Charles Berberian

Este es otro de esos cómics que encontré de casualidad y me leí porque los dibujos parecen bonitos y el tema no me suena de nada. Como podría esperarse, ha sido una lectura original, para bien y para mal.

Perriand era una arquitecta parisina que se volvió famosa siendo aún joven, en la Europa de entreguerras, y trabajó para el estudio de Le Corbusier. Sin embargo, en 1940 y con la guerra pisándoles los talones, acepta viajar a Japón para ocupar un puesto de funcionaria en el que trabajará con estudiantes locales y creará muebles y objetos de decoración. El autor muestra aquí la personalidad única de Perriand, que buscaba crear objetos prácticos, funcionales, de forma original y sin seguir los dictados de nadie; con una voluntad férrea y en una posición inusual para una mujer en el mundo y una extranjera en Japón.

El dibujo es bonito, evocativo, y ayuda mucho que Perriand fuese amante de la naturaleza, así que hay bastantes escenas en exterior. De hecho, diría que el dibujo es toda la sustancia del libro. No conocía a Perriand así que ha sido interesante oír hablar de ella, pero la historia cuenta muy poco, poquísimo, y su punto de vista es un poco anticuado y paternalista para una obra publicada en 2019. La historia está enmarcada por la supuesta envidia y a la vez relación platónica (¿o no?) de Le Corbusier por Perriand, personificado por un cuervo que aparece a veces para insultar o echar la bronca a Perriand; pero en realidad, más allá de contratarle cuando se hizo famosa, no vemos mucha más de la relación entre los dos, definitivamente no lo suficiente como para justificar tener siempre su presencia dando la marrana como fondo. El otro tema que machaca es que los japoneses de los 40 están obsesionados con copiar a los extranjeros y es ella, la francesa, la que tiene que enseñarles como a niños que tienen que dedicarse a las artes tradicionales japonesas. De nuevo, muy paternalista, y hace que Perriand parezca la típica guiri recién llegada arrogante que decide dar lecciones a los tontitos locales.

Tampoco soy muy fan de las menciones a la guerra que hace el cómic, o que el autor pone en boca de la protagonista. Parece que en 1940 en Francia la guerra era algo extraño que nadie esperaba, lo que me parece un poco ingenuo, pero luego también sale Perriand diciendo que Japón por supuestísimo se aliaría contra el fascismo en Europa. De nuevo, esto parece ingenuo y hace que Charlotte quede como una imbécil. Si es verdad que iba contando esto por ahí, lo era.

Finalmente, la segunda mitad del libro es una entrevista entre el autor y la hija de Perriand, quien le cuenta desde su forma de trabajar durante sus años en París hasta su filosofía de vida, del arte y los siguientes viajes a Japón, todo ello con bocetos del cómic, tanto de personajes como de mobiliario. Aunque hay algún detalle interesante, en general no es más que una señora mayor contando batallitas de su juventud y el autor respondiendo «Bua, sí, ¿verdad?, qué fuerte». Tampoco me gusta un cómic en el que un anexo, como es una entrevista, es casi tan largo como la obra en sí misma; o que la historia cuenta poca cosa y luego el autor se cubre las espaldas con un info dump final en forma de prosa. Esas hojas finales deberían dirigir al lector hacia otras obras si le interesa saber más, pero no deberían dedicarse a aclarar la historia que acabamos de leer.

En resumen, aunque aprecio el arte y el esfuerzo del autor, la obra no está muy bien estructura y es difícil tomársela en serio cuando no se vieron capaces de contar la historia en ella y tuvieron que recurrir a una conversación anodina y bocetos para hacernos llegar cualquier pequeño mensaje ínfimo. También, como muchos otros cómics franceses en los que un hombre nos hace el favor a las mujeres de hablar de un personaje histórico femenino, es paternalista y está construido desde un punto de vista machista.

Rhapsodie en bleu – Andrea Serio

En un día sin inspiración, cuando todos los cómics que veía me parecían o feos o con tanto diálogo como una novela corriente, le eché una ojeada a este. Sabía que lo había visto antes, sabía que antes o después probablemente lo leería, pero no recordaba sobre qué trataba. Vi que era precioso y decidí leérmelo ese día mismo. Solo me arrepiento de no haberlo hecho antes.

Tres primos judíos italianos pasan el verano en la costa cuando Mussolini promulga las leyes raciales que comenzarán el genocidio judío en Italia. Uno de ellos, Andrea Goldstein, huye a Nueva York antes de que la situación empeore y allí, viviendo en cada de su tía, trabaja, intenta ahorrar dinero para estudiar Medicina, e intenta rehacer la vida que el fascismo le impidió en su Trieste natal. Cuando finalmente estalla la guerra, Andrea se cambia el nombre a Andrew y desembarca en Nápoles con su unidad para terminar la batalla en Europa.

El cómic está basado en una historia real, contada en el libro Ci sarebbe bastato de Silvia Cuttin. No hace falta usar muchas palabras para relatar lo ocurrido en líneas generales, creo que ya hemos leído mucho sobre la Segunda Guerra Mundial y particularmente la shoá, así que el autor no se repite. Tampoco pone largos soliloquios en boca de los personajes y deja que el dibujo nos transmita las emociones por sí mismo.

Y aunque la historia es muy bonita en sí misma, es precisamente el dibujo el que eleva este cómic. Es delicado, juega con las luces y las sombras, y el color es maravilloso. El color azul no solo nos deleita por lo bonito que es, sino que une los historia, que comienza y termina en el azul de las aguas del Adriático. Habría sido fácil llenar las viñetas de texto, o recrearse en pequeñas viñetas que muestren la batalla, pero el autor ha preferido confiar en que el lector entenderá todo ello sin necesidad de explayarse y en su lugar dejarnos ver desde los ojos de Andrea el viaje de vuelta a un país que es a la vez el suyo y a la vez un país extraño y hostil. Ha sido la decisión acertada.

Todos los años leo muchos cómics que olvidaré enseguida y unos pocos interesantes, de los que solo se me quedarán marcados muy poquitos. Este es de esos pocos de los que me acordaré durante mucho tiempo.

Mon premier rêve en japonais – Camille Royer

Este cómic tenía una portada curiosa y un título intrigante, así que me llamó la atención en cuanto lo vi en la estantería.

Camille, la autora, es francesa, pero de madre japonesa. Cuando era pequeña, su madre le contaba cuentos e historias típicas japonesas, que hacían volar la imaginación de la niña. En este primer cómic autobiográfico nos muestra una época de su infancia en la que Camille comienza a entender los problemas de los adultos y estos se juntan con los cuentos infantiles para provocarle sueños extraños.

La historia no parece tener un argumento muy importante, es más bien un pequeño trozo de la vida de la familia de Royer: su madre, japonesa, viene de una familia rica pero distante que no quiere saber nada de ella; sus padres también tienen un matrimonio un poco frío; Camille es un culo inquieto y bastante respondona, lo que le hace difícil a veces, pero luego en el colegio se mofan de ella por ser japonesa. Su único momento tranquilo del día es a la noche, cuando le pide a su madre que le cuente historias antes de ir a dormir y esta le narra cuentos infantiles japoneses. Por la noche, Camille tiene sueños que mezclan estas historias con las ansiedades de su vida. Hasta que un día, en un momento difícil para la familia y cuando Camille se ha ganado una regañina por empeorar en sus estudios de japonés, sueña en ese idioma.

La historia en sí es bonita e inusual y el dibujo es un buen reflejo de ello también. Me recuerda muchísimo al estilo de Anja Dahle Øverbye, la autora noruega de Sous le signe du grand chien, donde los trazos del lápiz se ven claramente y se usa también para rellenar el dibujo, dándole un aspecto simple y tétrico a la vez. Soyer es menos delicada que Dahle Øverbye, las sombras a veces dan un poco de miedo y las figuras no son tan finas; pero por otro lado añade color abundantemente, lo que ayuda a que no se haga monótono. El rojo de los demonios, especialmente, le da otra dimensión al dibujo y hace que los cuentos y las pesadillas impacten más.

En resumen, es un cómic muy interesante, con un estilo único y una historia personal, intimista y fuera de lo común. Triste, tranquilo y con un puntillo de horror. Sorprende aún más porque es la primera obra de la autora. Me ha dejado con ganas de leer más.

Inferno: A Memoir of Motherhood and Madness – Catherine Cho

Este libro ha tenido mucho bombo desde que se publicó, cosa que suele echarme para atrás. Sin embargo, me interesa un poquito la experiencia de la gente con los servicios psiquiátricos, así que poquito a poco voy leyendo algunos que pasan por mi camino. Me leí Girl, Interrupted en 2020 y me vi la película de nuevo hace poco, además de los cómics Psychiatric Tales de Darryl Cunningham y hace poco Sous l’entonnoir de Sybilline y Natacha Sicaud. Así que dejé pasar un tiempo desde su publicación y finalmente lo saqué de la biblioteca.

Empezamos la historia con Cho despertando en el hospital, atada a la cama, no muy segura de cómo ha llegado allí ni de qué es real y qué no lo es. Desde aquí surgen tres líneas temporales: la primera traza la vida de Catherine desde su infancia, con un padre violento y navegando la cultura coreana de su familia con la suya como niña estadounidense; la segunda, su relación con su marido James y su primer hijo, Cato; la tercera, su estancia en un hospital psiquiátrico tres meses después de dar a luz, donde intenta comprender qué le ha pasado y cómo salir de allí. Entre estos capítulos hay también momentos en los que menciona la historia de su familia en Corea del Sur, las historias que oyó de su abuela o de su madre, las costumbres coreanas y su forma de ver la vida.

El mezclar las tres líneas temporales es buena idea, ya que permite avanzar rápido al saber ya la situación de Catherine y a la vez entender poco a poco su vida. Hacia el final, cuando empieza a notar los primeros síntomas de la psicosis, se centra en una sola trama, la que le llevará al hospital, y este cambio de ritmo se hace un poco raro, pero me sigue pareciendo mejor que una línea temporal recta. También aprecio que los capítulos sean cortos y las pequeñas historias sobre su familia, los dramas, las muertes, las rupturas, la guerra, las tradiciones. Además del contexto que la autora quiere dar, sirve para enmarcar la novela como una especie de saga familiar.

Aun así, debo decir que a veces la autora parece querer darle misticismo a la historia, o habla como si su psicosis fuese algo que tenía que pasar por las tragedias que vivieron sus padres o abuelos. Cuando Cho, en pleno episodio psicótico, no sabe si es ella, su hijo, su marido o una abuela, en su menta hay realidades paralelas. Pero después, como autora que nos lo narra todo desde fuera de la historia, sana y lúcida, sugiere que las supersticiones son reales. Me parece innecesario y no creo que ayude nada a desmitificar las enfermedades mentales y las creencias perjudiciales que las rodean.

Su descripción del hospital psiquiátrico es también bastante simple, sienta cátedra sobre todo tipo de cosas pero no da muchos ejemplos de nada. También hay muchos vacíos sobre el funcionamiento del lugar y su interés en el resto de pacientes se limita a mencionar que uno de ellos es «normal» como ella, reírse de quienes siguen aún sufriendo episodios visiblemente, excusar el acoso sexual de algunos pacientes masculinos sobre las chicas jóvenes y, en general, una falta de interés sobre los demás. Supongo que con una sola semana de estancia no se puede llegar a mucho, pero en ese caso quizá debería haber hablado menos de ello. Nadie le obliga a mofarse de los enfermos que ella considera inferiores porque no han tenido la suerte de estar 4 días en Urgencias mientras gritaban que su bebé es el demonio y se arrancaba la ropa y están viviendo eso mismo en el hospital psiquiátrico, pero sospecho que la experiencia en la institución mental les pareció un gran atractivo para el libro y quizá por eso no querían quitarle un par de hojas o dedicárselas a algo diferente.

En resumen, el libro es una lectura fácil e interesante y no está mal escrito. Personalmente, no conozco muchas obras sobre la psicosis posparto, así que también tiene a su favor que es un tema muy común, y la autora ha sabido entrelazarlo bien con la historia de su familia. Para los lectores que tengan interés en las enfermedades mentales, enfermedades ligadas a la maternidad o las historias familiares, es una lectura entretenida.

Falafel sauce piquante – Michel Kichka

En otro viaje en busca de cómics francófonos al azar, la portada colorida (bueno, vale, y la palabra faláfel) de este me llamaron la atención. En 2020 me había leído dos cómics sobre Israel y Palestina: el primero, Crónicas de Jerusalén de Guy Delisle, que como es habitual sabe explicar hasta lo más complicado de forma simple; el otro Les amandes vertes, de Anaële y Delphine Hermans, un auténtico desastre. Me pareció interesante volver a leer sobre el mismo tema pero desde un punto de vista parecido. Bueno, y es que me encanta el faláfel.

Michel es un judío belga, nacido de padres polacos que sobrevivieron a los campos de concentración. Creció en Lieja, donde existía una muy pequeña comunidad judía, y dividía su tiempo entre sus amigos católicos del colegio y sus amigos judíos de un club socialista, muy en boga por los años 60 de entonces. Como otros tantos chavales judíos, de adolescente pasó un verano en un kibutz, recogiendo fruta, y le encantó el lugar, así que hizo lo que pudo por volver. Su hermana mayor se le adelantó e hizo su aliá (mudarse a Israel), donde conoció a un chico, se casaron y tuvieron hijos; pero cuando a este le llamaron para servir en el Ejército tuvo que dejar a su mujer e hijos solos, así que Michel, por entonces estudiante de Arquitectura en Bruselas, viajó hasta Israel de nuevo para ayudar a su hermana. Allí decidió que no quería volver a Bélgica a estudiar una carrera que no le gustaba, sino que quería estudiar Arte en Jerusalén (la única universidad que ofrecía esos estudios por entonces) y ser autor de cómic. Así que informa a su familia de que va a pasar seis meses estudiando hebreo y después se matriculará en la Universidad de Jerusalén. Así comienza lo que finalmente serían varias décadas de vida en Israel.

Aunque el cómic es relativamente corto, no llega a 100 páginas, el autor consigue incluir muchísimos años de su vida y mucha información en ellas. Empieza por cómo formó su ideología en la Bélgica francófona de los años 60; su sentimiento de medio-pertenencia a varios grupos distintos, pero sin sentirse parte entera de ninguno; y toda su vida en Israel, desde los primeros veranos, la universidad, conocer a su mujer y tener a sus hijos, su carrera como dibujante, su implicación en la vida social y política de Israel y de Jerusalén; terminando finalmente con la actualidad y su trabajo a favor de la paz en Israel y Palestina y en defensa de la libertad de expresión en todo el mundo.

Aunque admiro lo bien que ha sabido contar una historia tan rica y larga, me parece que al final el cómic no tiene una meta clara. Supongo que es una especie de biografía en viñetas, en cuyo caso está bastante bien, pero también parece un poco fría en algunos momentos. No hay mucha emoción en la mayoría de la historia y eso que en la segunda mitad todo lo que ocurre es bastante impresionante. Es una lectura interesante y me gusta la nota en la que termina, enumerando a compañeros suyos exiliados, torturados, asesinados, amenazados por escribir o dibujar cosas que no le gustan a los dictadores y líderes autoritarios de tal o tal país. Habría preferido un poco más de eso, o de la cotidianeidad del terrorismo y la guerra, de la dificultad de criar a una familia en un ambiente así, de la participación en un Ejército con el que no estás de acuerdo, de la convivencia en Jerusalén, o muchos otros detalles prosaicos en lugar de… contarnos dónde le hicieron la primera mamada. No sé si los hombres se dan cuenta, pero creo que a más de una de sus lectoras nos importa una mierda que una chiquilla a la que no conocemos le comiera la polla en una noche estrellada en particular.

En resumen, el cómic está perfectamente bien, es medianamente interesante, y si tienes un poco de interés sobre la vida en Israel durante las últimas décadas no viene mal leérselo. Pero me parece que es una de esas obras que significan mucho más para el autor que lo que el lector puede sacar de ellas.